Una rica empanada tucumana para celebrar el 25 de mayo. Te contamos el paso a paso de la receta que fue registrada en 2008 y en 2022 llegó a la Cocina de Caminos y Sabores. Cabe destacar que este año, la provincia de Tucumán volverá a decir presente en el Camino Federal.

Matambre, comino, huevo picado, 13 repulgues y cocción a horno de barro son las cinco características que no pueden faltar en una típica empanada tucumana. Esto es así desde que en el año 2008 se registró oficialmente la receta que ancestralmente se prepara en los hogares tucumanos, para que “haya una sola manera de hacerla”. Así lo contó Cristina Rojas Lazarte, campeona ese mismo año de la Fiesta Nacional de la Empanada que se realiza en Faimallá (Tucumán), durante su primera participación en Caminos y Sabores el año pasado.

Al igual que sucederá en la próxima edición del Gran Mercado Argentino que se realizará del 6 al 9 de julio en La Rural, organizado por Exponenciar, donde el público podrá participar de diferentes clases de cocina con reconocidos chefs y cocineros de todas las provincias, en 2022 Cristina compartió con los visitantes la preparación de las empanadas y, por supuesto, al finalizar todos pudieron degustarlas.

La provincia de Tucumán estará presente en Caminos y Sabores 2023, en el Camino Federal, exhibiendo su rica oferta gastronómica y cultural. Será una experiencia única para los visitantes, donde podrán disfrutar de los sabores auténticos y tradicionales de la región, así como conocer a los talentosos productores locales.

Empanadas patrias

Para celebrar una de las fechas patrias más importantes de Argentina, este 25 de Mayo, nada mejor que preparar la clásica empanada tucumana con la receta de la Campeona:

Para el relleno:

Se hierve el matambre con agua y sal entre 1 hora y media, y dos horas. Se deja enfriar. Fundamental reservar el jugo para el relleno.

En una olla poner aceite y un poco de grasa. Cocinar la cebolla bien picada, hasta que quede lo más transparente posible. Agregar una cucharada de pimentón y sal a gusto.

Cortar a cuchillo el matambre en cubitos, dejando la grasa. Volcarlo a la olla con las cebollas. Agregar de a poco el caldo obtenido del jugo del matambre. Se lo deja unos minutos en el fuego y se agrega una pizca de comino. Al apagar el fuego poner un poco de ají en polvo (puede ser picante para quienes se animen).

Para la masa: 

Amasar 1 kilo de harina, 200 gramos de grasa. Agregar una salmuera (250 cc. de agua tibia con sal gruesa a gusto). La masa tiene que ser un poco dura. Con estas cantidades se obtienen 45 bollos.

Lo ideal es dejar reposar el picadillo (relleno) por un día para que enfríe y concentre los sabores. Lo mismo con la masa, se moja y se deja descansar dos horas dentro de una bolsa.

Armado:

Separar la masa en bollos pequeños (en Tucumán los llaman pupos) y luego amasarlos para formar los discos. Dejarlos descansar un día.

Rellenar la masa con el picadillo y por encima agregar primero entre 4 y 6 huevos picados (no mezclado) y por último cebolla de verdeo picada.

Cerrar el disco con 13 repulgues, los cuales deben hacerse sin apoyar la masa en la mesa. La cantidad exacta de vueltas que se le realiza a la masa para cerrarla tiene una explicación práctica, “es para que salgan todas iguales”.

Antes de llevar las empanadas al horno de barro, tal como está registrado en la receta original, Cristina aconseja dejarlas descansar un día. De esta forma, dice, “se evita que se abran”.

Calentitas, bien jugosas, por eso las llaman “de piernas abiertas”, y con su inconfundible sabor a matambre, las empanadas tucumanas ya son parte del folclore no solo de la provincia sino de todo el país.