La actividad turística es propensa a generar impactos sociales, naturales y económicos negativos si se desarrolla de manera no planificada. Una Red de Turismo Responsable trabaja para que todo sea sustentable.

La actividad turística constituye un factor fundamental para el desarrollo económico y social de las diversas comunidades del país. Sin embargo, puede tener consecuencias negativas para el patrimonio de las localidades, el medioambiente y la calidad de vida de sus pobladores si no se planifica de forma adecuada. La Red de Turismo Responsable (RTR) promueve una gestión ética en el sector, bajo parámetros definidos de manera conjunta entre el sector público, privado y la sociedad civil.

Juan José Galeano, Presidente de Generación Par, organización no gubernamental que impulsó la conformación de la red y que está a cargo de su Secretaría Ejecutiva, señala que bajo el concepto de “Turismo Responsable” esta organización busca afianzar prácticas relacionadas con la sustentabilidad de los recursos naturales, el impacto sobre los valores culturales y los efectos sobre la economía de la población local, trabajando en seis ejes básicos: “distribución del ingreso, eficiencia energética, no generación de contaminación y gestión de residuos, trabajo digno, accesibilidad para personas con capacidades diferentes e información para el consumidor”.

La sustentabilidad en primer lugar

El código de ética, constituido en forma conjunta e igualitaria entre todos los miembros de la RTR, consta de 54 artículos que atraviesan cada uno de los ejes y cuyo objetivo es ir más allá de las leyes vigentes. Así, en lo que hace a la distribución del ingreso, la red promueve que las agencias turísticas tengan un 15% del producto total como valor máximo a cobrarle al turista. “De esa manera se asegura que de lo que paga el turista, el mayor porcentaje va a otros productos y actores locales, reduciendo la parte que cobra el intermediario”, señala Galeano.

La red promueve políticas de ahorro energético, como el uso de artefactos lumínicos de bajo consumo. Respecto de la contaminación, propone –entre otros puntos– la construcción de espacios verdes sobre los techos de los establecimientos turísticos, que reducen la masa de aire caliente que se forma sobre los espacios urbanos, disminuyen el dióxido de carbono y renuevan el oxígeno. “Tenemos, por ejemplo, un hostel cerca de Plaza Serrano que forma parte de la red que tiene una terraza cubierta con pasto, y que además de aportar a la cuestión ecológica, constituye un atractivo adicional para el viajero”, resalta Galeano.
En cuanto a la gestión de residuos el objetivo es el reciclado, promoviendo que los únicos materiales que lleguen al relleno sanitario sean aquellos no reciclables. Sobre el empleo, el código incluye ítems como brindarle información veraz al empleado, condiciones de trabajo acorde a las normas laborales y de salubridad y el acceso a luz solar y ventilación, entre otros. Sobre la accesibilidad se promueve una información clara de acuerdo a las especificidades de cada discapacidad.

El código de ética constituye en sí una forma de información al consumidor y sirve para evaluar a cada uno de los establecimientos que forman parte de la red. “A pesar de que tenemos sello, la verdadera certificación no la provee la red, ni un tercero, sino el consumidor mismo”, enfatiza Galeano. “Si un hotel se publicita dentro de la red diciendo que tiene el 100% de lámparas de bajo consumo y cuando el viajero va, tiene la mitad, la red habilita una vía de reclamo directo a su alcance”.

Los beneficios de formar parte de la RTR, según Galeano, son muchos: como sello de marketing, como factor de regulación y generador de lealtad en el mercado, como espacio de capacitación y de acceso a la información, y como transformador del negocio dentro del concepto de Turismo Responsable, que gana cada vez más importancia. “Además –concluye el Presidente de Generación Par– aunque parezca poco, existe el beneficio de trabajar juntos: muchos miembros de la red empezaron a comercializarse entre ellos porque empezaron a ver un proceso de confianza que de otra manera no existe en el mercado turístico”.

Una red en crecimiento

La Red de Turismo Responsable vio la luz en 2008, concretando su primera reunión en agosto de 2009. Desde entonces la organización creció, contando actualmente con 30 miembros, entre los que se encuentran organismos públicos, empresas privadas, organizaciones sociales, medios de comunicación y universidades, todas ellas ligadas en forma directa al turismo. Funciona en tres “nodos” del país: Buenos Aires, Salta y Rosario.

El próximo paso será incorporar miembros a nivel internacional: “Estamos trabajando en el armado de los nuevos nodos de la red –señala Galeano– que hoy tiene un carácter de organización local, pero cuya condición y formación impulsan a formar una organización internacional, que nuclee de esta manera a los nodos actuales con otros destinos turísticos”.

“El objetivo es que cualquier entidad de cualquier parte del mundo pueda participar en la definición de los indicadores, y que los viajeros puedan encontrarse con el mismo tipo de evaluación respecto al Turismo Responsable”, destaca.

Epígrafe

Juan José Galeano es el Secretario Ejecutivo de la Red de Turismo Responsable.

Destacado
La organización busca afianzar en el sector turístico prácticas relacionadas con la sustentabilidad de los recursos naturales, el impacto sobre los valores culturales y los efectos sobre la economía de la población local.