El emprendedor Miguel Vogel promociona con la marca Manfrith un snack tentador.

El misionero Miguel Vogel es hijo de productor de mandioca y técnico agroindustrial. Su tesis de estudio fue la invención de un alimento nuevo: el chip de mandioca. Hizo pruebas para sus amigos y como a todos les gustó, eso lo motivó a transformar su tesis en un negocio rentable.

“La mandioca sólo se usa fresca, como verdura, y almidón (fécula). Yo quería darle otro valor agregado. Al principio fue difícil. Poca gente conoce la mandioca. Participé de muchas ferias para difundir el producto, hasta que participé por primera vez en Caminos y Sabores, en 2010. Ahí fue el boom, y cada vez se suman más adeptos a este nuevo tipo de snack.

“La gente que lo prueba se inclina a seguir consumiéndolo. Es más crocante que los chips de papa común y su sabor es más dulce y remanente”, se enorgullece Vogel, que participa por quinto año consecutivo de Caminos y Sabores.

El proceso de elaboración de los chips es sencillo, según el productor, quien lo describe: “Recibo las mandiocas, las lavo, las pelo, las lavo de nuevo y las corto en trozos antes de freírlos y envasarlos”.

Es mucho trabajo. El proceso es artesanal. No existen máquinas para pelar mandioca, porque es cónica y torcida, mientras la papa ovalada puede ser pelada en forma automatizada. Pero la materia prima rinde: con 200 kilos se obtienen 1.000 paquetes de 70 gramos cada uno.

Ahora Vogel quisiera automatizar el proceso y largarse a masificar el producto. “En Misiones se venden en los supermercados. Conocí los distribuidores de Jumbo y La Anónima y ahora mis chips están presentes en algunos locales de esas cadenas, en el sector de alimentos para celíacos”, se entusiasma Vogel, que ya está preparado para dar el gran salto tan anhelado.